Cada mes de enero gran parte de la población hace propósitos de año nuevo, se sienten motivados y listos para empezar el nuevo año con el pie derecho. Google informa que hay un pico en las búsquedas en los primeros días de enero para las siguientes palabras clave: «dieta», «perder peso» y «gimnasio en mi área». Pero, sorprendentemente, solo el 8% de estas personas realmente logran algo al final del año.

Las estadisticas de fracasos son tan claros que algunas empresas capitalizan en ésta situación. ¡Los gimnasios son conocidos por vender membresías por encima de su capacidad porque saben que más del 50% de las personas abandonarán en la segunda semana!

Entonces, para lograr lo que realmente queremos, debemos entender por qué los propósitos de año nuevo fallan una y otra vez.

1. Los propósitos no son concretos

El primer problema es que las resoluciones son vagas, algunos ejemplos de estos son:

–             Perder peso

–             Ahorrar dinero

–             Aprende algo nuevo

Sin embargo, si analizamos éstos propósitos, notamos que no son nada concretos, no te dicen nada. Necesitamos especificidad para hacer algo más tangible. ¿Cuánto peso quieres perder? ¿cuanto dinero quieres ahorrar? ¿Qué quieres aprender exactamente?

Al hacer esto, estás transformando tu propósito en una meta que puedes proponerte alcanzar.

Piensa en el resultado específico que deseas y, como segundo paso, escríbelo. ¿Por qué escribir, te preguntarás? La investigación ha encontrado que tenemos un 42% más de probabilidad de lograr algo si escribimos estos objetivos.

Cuando lo veas en papel, tenderás a pensar en los pasos o cómo desglosar el objetivo en partes que poco a poco puedes ir logrando.

2. Los propósitos son aburridos.

Un cliente mío de coaching vino a una sesión y me dijo que su propósito de año nuevo era crear su propio sitio web. Su experiencia es en finanzas, así que le pregunté por qué quería hacer esto. Dijo que pensaba que sería un buen desafío. Luego le pregunté si estaba entusiasmado con este desafío y, después de una larga pausa, me confesó que no, y que en realidad ya se sentía abrumado por toda la información que encontró, incluso antes de comenzar.

Así que aquí es importante recordar que toda meta es un proyecto pero no todo proyecto es una meta. Durante nuestro año vamos a tener que abordar proyectos que no nos entusiasman. Pero un objetivo debe ser totalmente lo contrario, debe sentirnos con energía y entusiasmo cada vez que lo pensamos.

Definir de antemano cuál es tu POR QUÉ lo ayudará a retomar el rumbo y sentirse emocionado nuevamente si las cosas se ponen difíciles. Cuando escribas por qué, piense en lo que ganarás al lograr este objetivo, pero también en lo que perderás si no lo haces. Esto ayuda a poner las cosas en una perspectiva diferente.

3. Las metas son demasiado fáciles

Muchas veces la gente se desanima porque las metas son demasiado fáciles. Si eres un emprendedor que el año pasado ganó 75.000€, tu nuevo objetivo podría ser 100.000€. Lo hace emocionante y te infunde algo de miedo porque es algo fuera de tu zona de confort. Esta es la combinación perfecta para una meta.

Sin embargo, si fijáramos el objetivo en 78.000 €, se vuelve demasiado fácil, no hay emoción en absoluto, por lo que nos olvidamos, ya que está dentro de nuestra zona de confort.

Por último, si nos fijáramos el objetivo de 10.000.000€, estaríamos en la zona delirante y nos daríamos por vencidos cuanto antes.

4. Los propoósitos fracasan porque son abrumadores

Otro factor que determina que tus propósitos fracasen  es la cantidad de metas que nos proponemos. Es imposible trabajar en 20 objetivos a la vez y tener éxito en todos ellos.

Haz de 4 a 8 objetivos como máximo y concéntrate solo en ellos. Podrías dividirlos por categoría: Salud física y emocional, Crecimiento personal, Carrera, Finanzas, Pareja, amigos, familia, Diversión y Ocio.

Para saber como preparer tus objetivos te invito a leer el siguiente articulo: 7 pasos para crear y alcanzar tus metas

5. Fácil de olvidar

La razón final por la que fallan los propósitos de año nuevo es porque carecen de un proceso para revisarlas, de modo que se pueda evaluar y cambiar el curso si es necesario.

Para asegurarte de alcanzar los objetivos que te propongas, empieza por hacerlos visibles. Elige un lugar que mires habitualmente: tu agenda, un tablero en frente de tu escritorio, el salvapantallas de tu ordenador, etc.

Establece un proceso para revisar las metas, semanal, mensual, trimestral y comprométete con él. Asegúrate de bloquear el tiempo para realizar esta revisión, para que no te olvide fácilmente.

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1. Decide cuáles son tus 3 prioridades semanales y diarias

Antes de comenzar a implementar técnicas de gestión del tiempo, es importante que definamos cuáles serán nuestras prioridades para la semana. Solo cuando hacemos esto, sabemos cuánto se debe asignar para lograr estas tareas. Por ejemplo:

– El miércoles – tienes una gran presentación

– Para el viernes: se debe enviar una propuesta y revisar y firmar algunos contratos

Tus 3 principales no son negociables

Por lo tanto, tu primer paso será establecer los plazos en stu calendario. Para que puedas tener una mejor visión general de cómo distribuir tu tiempo.

Luego, deberás decidir qué momentos bloquear para trabajar realmente en estas tareas. Si tienes una gran presentación el miércoles, deberás asignar algo de tiempo, ya sea el lunes, el martes o ambos, para preparar las diapositivas y asegurarte de estar listo para el gran momento.

Cuando tengamos esto definido, pasaremos a las 3 prioridades diarias

Tu top 3 del lunes sería

– Esquema de la presentación.

– Elaboración de gráficos para las diapositivas.

– Primer escaneo de contratos

Quizás te preguntes, ¿por qué escanear los contratos el lunes, si no vencen hasta el viernes? Bueno, ¿y si hay un error en el contrato y hay que cambiarlo? ¿O algo que no se discutió en la negociación? A menos que estés totalmente seguro de que las condiciones del contrato son correctas, no esperes hasta el último día para darle una mirada rápida.

Volvamos a las prioridades. Al igual que los semanales, estas 3 prioridades diarias  no serán negociables. Deberás bloquear períodos de tiempo para trabajar en esto sin interrupciones. Todo lo demás para ese día, se puede hacer después de haber completado tu top 3

2. Bloques de tiempo

¡OK! Has decidido tus prioridades semanales y también algunas de las diarias. El siguiente paso es bloquear tu agenda, así te aseguras de que no haya interrupciones o citas de última hora añadidas a tu calendario que te impidan centrarte en tus prioridades.

Si lo pones visualmente en tu calendario, te obligará a cumplir con tu compromiso y evitará que otros se apoderen de tu agenda y te reserven reuniones.

3. No rellenes la agenda a tope

Algo que siempre debes considerar al bloquear tu agenda es nunca rellenar la agenda a tope. No sabes lo que puede pasar. Puede ser que una de las tareas en las que estás trabajando te lleve más tiempo del esperado, o surja algo bastante urgente. Recuerda agregar siempre algo de tiempo de reserva en tu día para cualquier contingencia.

Lo ideal es que tengas el 10% de tu jornada laboral NO programada. Por lo tanto, si planea trabajar 6 horas ese día, tendrás 1 hora no reservada, para cualquier eventualidad

4. Enfócate en una tarea única

Es lunes, abres tu calendario y ve que su principal prioridad para el día es crear el diseño de la presentación y crear los gráficos para las diapositivas.

Si deseas asegurarte de terminar en las 3 horas que asignaste para esto, deberás realizar una sola tarea. Esto significa que no estarás trabajando en los gráficos mientras respondes rápidamente ese correo electrónico que acaba de llegar a tu bandeja de entrada. No crearás el esquema mientras revissa rápidamente tus mensajes een el teléfono.

La universidad de California hizo una investigación en gestión de tiempo y descubrió que una vez que nos distraemos, tardamos 23 minutos en volver a concentrarnos.

Por tanto el mito de la multitarea para ser más productivo es una total mentira. De hecho, somos más productivos si nos enfocamos en una cosa a la vez.

5. Gestión de tiempo con la técnica del Pomodoro

¿Qué pasa con los descansos? No somos robots, no se puede esperar que estemos sentados durante 3 horas sin necesitar una bebida o un pequeño descanso para estirar las piernas. Pero, ¿tomar un descanso dificultará mi concentración? ¿Perderé el flujo? Bueno, no pasará si lo hacemos de la manera correcta.

Te presento la técnica pomodoro. Me encanta este truco de productividad y gestión de tiempo porque ha cambiado mi forma de trabajar y también ha ayudado a mis clientes de coaching a ser más productivos.

Así es como funciona.

Pones tu temporizador en 25 minutos y trabajas sin interrupciones. Cuando el temporizador se apaga, se toma un pequeño descanso de 5 minutos. Este es tiempo suficiente para estirar las piernas y tomar algo. Cuando se acaban los 5 minutos, vuelves a tu escritorio y trabajas en otro incremento de 25 minutos.

¿Por qué esta técnica es tan sorprendente? Porque la investigación ha demostrado que podemos concentrarnos durante dos horas seguidas antes de que empecemos a sentirnos cansados ​​y perdamos el impulso. Sin embargo, si trabajamos en incrementos de 25 minutos, con un pequeño descanso después de cada incremento, en realidad podríamos permanecer completamente concentrados en una tarea por hasta tres horas o más.

6. Trabajo en lotes – Agrupa actividades similares

Otro truco para dominar la gestión del tiempo es agrupar actividades similares, para que puedan completarse al mismo tiempo. Por ejemplo, ¿necesita pagar facturas? Bloquea un tiempo en tu calendario una vez a la semana o cada dos semanas y reúne todas tus facturas en un solo lugar, para pagarlas al mismo tiempo. Agrupar actividades similares te ahorra tiempo, imagina si cada dos días buscaráa la factura, buscaráa la tarjeta trasera, iniciarás sesión en la cuenta bancaria, solo para repetir el proceso al día siguiente o dentro de dos días. Ahorra valiosos minutos, haciendo todos los pagos al mismo tiempo.

Se creativo con la técnica. Un cliente de coaching decidió que agrupará sus reuniones los martes y jueves por la tarde, por lo que fue más efectivo.

7. Período de enfoque de bloque

En este momento necesitamos defender nuestros calendarios y crear espacio para enfocarnos en las cosas que realmente mueven la aguja hacia nuestras metas. La única forma de hacerlo es con una buena gestión de tiempo y bloqueando estos períodos en los que podemos concentrarnos por completo en una tarea específica o cuando podemos trabajar por lotes de manera eficiente.

Entonces, además de apagar tu correo electrónico y teléfono para una sola tarea, también puedes bloquear tu calendario, para que sus colegas no te molesten en el chat o decidan invitarte para una reunión.

Por suerte cada vez es más común y aceptado bloquear unas horas en tu calendario con el término TIEMPO DE ENFOQUE. Un cliente mío ha ido tan lejos como para bloquear mañanas enteras para trabajar sin interrupciones en las 3 prioridades principales. Si abres su calendario, verá los lunes y jueves por la mañana bloqueados con HORA DE CONCENTRACIÓN: SIN REUNIONES, POR FAVOR.

Esto le ha permitido estresarse menos con todas las interrupciones constantes que recibía y estar más concentrada cuando asistía a las reuniones, porque no estaba pensando en su lista de tareas pendientes.

8. Documentar y crear procesos

¿Realiza algunas tareas de vez en cuando? ¿Y sigues olvidando pasos cada vez que los realizas? Entonces debes comenzar a documentar y crear listas  para que no tengas que pensar cada uno de los pasos para completar algo.

Déjame darte un ejemplo de otro cliente mío. Llamémoslo Mike. Mike es un pequeño empresario que tiene un contador para hacer los impuestos trimestrales por él. Sin embargo, Mike todavía necesita enviar toda la documentación al contador para que pueda procesarlos.

Uno de los desafíos para Mike era recordar todo lo que necesitaba enviar, y el contador seguía enviándole correos electrónicos porque faltaba información. Así que creó una lista de verificación de todas las cosas que debían enviarse al contador. Ahora solo echa un vistazo a la lista y comienza a marcar casillas. El contador nunca más le envió un correo electrónico después de sus envíos.

9. Gestión de tiempo con la regla de los dos minutos

Aprendí esta técnica de gestión del tiempo del libro Getting Things Done de David Allen y ha marcado una gran diferencia cuando manejo correos electrónicos.

La regla dice que si puedes dar una respuesta en 2 minutos o menos, lo haces de inmediato. ¿Cuántas veces nos hemos demorado en responder un correo electrónico o un mensaje de texto porque creíamos que no teníamos tiempo? Y cuando finalmente lo hicimos, ¿nos dimos cuenta de que era un esfuerzo tan pequeño?

Este truco también te ayuda a mantener tus correos electrónicos cortos y directos.

10. Regla de un toque

Finalmente, la regla de un toque que también se puede combinar con el consejo que te di anteriormente. Déjame hacerte otra pregunta. Cuántas veces no leemos el mismo correo una y otra vez, porque decidimos revisar el mensaje cuando estábamos fuera, o esperando en la fila, pero no pudimos responder o tuvimos que regresar a nuestro escritorio para enviar la información?. Esto significa que estamos «tocando el correo electrónico» varias veces al día y, por lo tanto, estamos perdiendo el tiempo. Con la regla de un toque, te veras obligado a leer tu correo electrónico cuando sabes que puede responder, y si no puede hacerlo en 2 minutos, tiene tres opciones: Programar, Delegar o Archivar

Por ejemplo: su jefe le ha pedido que prepare un informe sobre las ventas de las últimas dos semanas.

¿Eres capaz de hacer esto en 2 minutos? En realidad no, así que tendrás que programarlo.

¿La tarea necesita información de otra persona? Entonces lo delegas

Finalmente, si solo recibió una copia de un correo electrónico para otra persona, entonces lo archiva.

Al combinar estas dos reglas de gestión de tiempo, podrás tener una bandeja de entrada limpia con solo las actividades que necesita para seguir y, por lo tanto, liberar su mente del estrés.

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Investigadores  han encontrado que el 92% de las resoluciones que las personas se establecieron a principios de año no se cumplen. ¿La razón? Porque no había un objetivo claro, no hay métricas ni un plan de acción para alcanzarlos. Por el contrario, se ha demostrado científicamente que las personas tienen un 40% más de posibilidades de alcanzar sus objetivos cuando se los han planteado con claridad. E incluso hay una tasa de éxito del 75 % si han dado un paso más para escribir estos objetivos y si tienen un sistema para darles seguimiento.

Lo bueno de establecer metas es que no necesitamos esperar hasta el nuevo año para comenzar. Podemos elegir establecer metas hoy y empezar mañana si queremos.

Esta es una pregunta que me hacen muchos de mis clientes de Coaching Ejecutivo. Por eso he diseñado un sistema de 7 pasos que funciona para el establecimiento de objetivos, y para que podamos lograr lo que nos propongamos.

1. Evaluar la situación actual.

En primer lugar, tenemos que hacer una evaluación de dónde estamos ahora. Una especie de verificación de la realidad. Con mis clientes siempre comenzamos con la rueda de la vida. Es un ejercicio sencillo que todos podemos hacer.

Descarga la plantilla o dibuja el círculo en una hoja de papel. Luego divídelo en 8 secciones.

Cada una de estas piezas recibirá un nombre: Salud física y emocional, Crecimiento personal, Carrera, Finanzas, Pareja, Amigos, Familia, Diversión y Ocio.

El siguiente paso es dar una puntuación a cada una de estas categorías. Piensa en el medio como el cero, y el borde del círculo será el 10. Le daremos un número del 0 al 10 según consideremos que es la situación en este momento. Por ejemplo: Si le damos a Salud una puntuación de CERO, significará que no cuidamos en absoluto nuestra salud física. Por el contrario, una puntuación de 10 significará que estamos en muy buena forma y que nuestra alimentación es equilibrada y adecuada.

Una vez que concluyas dando un puntaje a cada dimensión, terminarás con algo como esto.

Se hará evidente qué áreas de nuestra vida puntúan alto y otras bajo. Y aquí es donde podemos empezar a pensar en los objetivos que queremos alcanzar. Si una dimensión tiene una puntuación de 9, probablemente solo necesitemos tomar medidas para mantenerla como está. Pero un área que obtenga un puntaje de 5 o menos requerirá una acción rápida.

2. Define tú razón

En mi opinión, éste es el paso más importante en el establecimiento de objetivos, ya que en el principio estamos motivados para comenzar, pero inevitablemente encontraremos obstáculos en el camino y habrá momentos en los que querramos renunciar. Esta es la razón por la que debemos tener claro nuestro por qué. ¿Por qué estás haciendo esto? ¿POR QUÉ es importante para ti lograr este resultado?

Por ejemplo. ¿Por qué quiero pasar más tiempo de calidad con mi pareja? ¿Por qué es importante para nuestra relación? O si quieres puedes darle la vuelta. ¿Qué pasaría si no hago espacio para el tiempo de calidad?

Además, si es la primera vez que estableces objetivos, será importante reflexionar sobre tus valores. Esto es algo que discutí recientemente con un cliente con el que he estado trabajando durante 2 años. Recientemente cambió de trabajo y saber exactamente cuáles son sus valores en la vida (equilibrio, flexibilidad) le permitió dar el paso correcto en su carrera. Esto significa que una vez que tengas claro qué es lo que valoras -siendo esta la libertad, el equilibrio, la carrera, el servicio, etc.- sabrás si tus metas están alineadas con quien realmente eres.

Un consejo sería escribir tú POR QUÉ. Ya que cuando el camino se vuelve difícil, cuando estás perdiendo la motivación y cuando estás a punto de darte por vencido, volver a tu POR QUÉ te brindará la perspectiva que necesitas y aumentará su motivación nuevamente.

3. Establece tus objetivos y tus indicadores de éxito (SMART GOALS)

Antes de guiarte por el proceso de establecimiento de objetivos, quiero recordarte que los indicadores de éxito no tienen por qué ser iguales para todos.

Por ejemplo. Durante mucho tiempo, la SALUD solía ir acompañada de un OBJETIVO DE PESO. Sin embargo, este no debería ser el caso. Puedes optar por medir la SALUD como desees y vincular este objetivo a los indicadores de éxito que tengan sentido para ti. Mis clientes, por ejemplo, han trabajado en diferentes áreas de la salud y han determinado sus propios indicadores de éxito. Uno tiene como objetivo desarrollar masa muscular, el otro quiere correr un maratón y un tercero quiere moverse más en general. Por lo tanto, es importante saber que nuestros indicadores de éxito no necesitan parecerse a los de los demás.

Para asegurarnos de establecer objetivos claros, estos deben ser SMART . Este acrónimo significa:

– Específico: Sea claro en lo que quiere lograr

– Medible: Sea claro en la métrica que desea lograr

– Alcanzable: un objetivo debe sacarlo de la zona de confort, pero aun así ser alcanzable

– Relevante: ¿Es este el momento adecuado para trabajar en este objetivo?

– Temporales: Defina un plazo claro.

Déjame darte un par de ejemplos.

Una de mis clientes vino a una de sus sesiones queriendo establecer objetivos para su crecimiento personal. Llegó con algo en mente: “Quiero aprender más”. Pero esto era poco preciso. Así que trabajamos para hacer que la meta sea SMART. Después de unos minutos de pensarlo, llegó a la conclusión de que no tenía un tema específico en mente para aprender más. Así que decidió que quería leer libros de diferentes temas y géneros para averiguar qué le gustaba más.

El objetivo se convirtio en:

Este año leeré 24 libros.

Esto fue específico y medible. Decidió dividir 24 libros a lo largo del año y leer 2 libros por mes. Luego verificamos si esto era alcanzable. Un libro cada dos semanas era un desafío pero no imposible. El objetivo también era relevante, realmente quería desarrollarse más y probablemente explorar nuevas carreras en el futuro, por lo que aprender cosas nuevas tenía sentido. Finalmente, habia un límite de tiempo. Podía evaluar claramente si había logrado el objetivo o no.

Ahora, me imagino que tienes curiosidad por saber que pasó.  ¿Mi cliente logró su objetivo? ¡Déjame decirte que lo hizo! Y no solo eso, encontró un tema que le apasiona y este año pasó a tomar cursos y aprender más sobre ese tema, y ​​este año sigue trabajando en su crecimiento personal.

4. Escríbe tus objetivos

Otra punto importante en el establecimiento de objetivos es escribirlos.   Empecé con esta práctica hace 4 años cuando leí un estudio de la Universidad de Harvard, afirmando que escribir tus metas aumenta en un 30% tus posibilidades de alcanzarlas.

Otro dato llamativo de esta investigación fue que el 83% de los encuestados no tenían metas a mediano ni largo plazo, el 14% de la población tenía metas y solo el 3% de ellos las tenía y las anotaba.

También fue interesante aprender que la acción de escribir hace que la mente inconsciente absorba mejor la información y básicamente activa una brújula interna.

Empecé a escribir mis metas hace 4 años en todas las dimensiones de mi vida. Salud, relaciones familiares, crecimiento personal, financiero, etc., y cuando miro hacia atrás en esas notas, puedo ver cuánto se ha logrado.

5. Cree un plan de acción y establezca hitos

Tomaste la decision y estableciste objetivos, te sentaste y  los escribiste, ahora es el momento de crear un plan de acción que te ayude a alcanzarlos. ¿Cómo? Piensa en las acciones y hábitos necesarios para lograr ese objetivo.

Por ejemplo, tu objetivo es: dejaré el mundo corporativo y me convertiré en un profesional independiente dentro de 6 meses.

Te imaginarás que tendrás que dar muchos pasos para hacer realidad este objetivo. Debes averiguar todos los pasos administrativos que debes cumplir, debes realizar una investigación de mercado y comprender las necesidades de tus clientes para crear una propuesta de valor, debes establecer contactos y obtener nuevos contactos, necesitas un borrador del plan de negocios y hacer algunas proyecciones financieras, y necesitas obtener algunos clientes potenciales para que pueda comenzar a trabajar cuando deje su trabajo corporativo.

Estas son solo algunas partes del trabajo real que debes hacer antes de convertirse en un profesional independiente, pero ahora ves la extensión de la meta, podrá hacer partes y establecer hitos para ti mismo, para que tu sueño se alcance dentro de 6 meses.

6. Implementación del plan de acción.

Establecer los objetivos y tenerlos escritos  en papel es genial, pero ese es solo el plan. el verdadero reto sucede cuando implementamos. Así que lo mejor es dividir los objetivos a lo largo del año. Trata de no vincularlos todos al 31 de diciembre, sino repártelos por los diferentes trimestres y establece hitos sobre la marcha.

7. Seguimiento

Un consejo importante que he aprendido durante estos años es que debes dar seguimiento a tus objetivos periódicamente para comprobar si estás en el camino correcto.

Revisar y evaluar el estado de una meta, dependerá del tipo de meta y del plazo que te propongas. Si tiene un objetivo anual, puedes revisar el estado cada trimestre. Pero si tienes una meta trimestral, tendrá más sentido revisarla una vez al mes.

Recuerda que siempre puedes cambiar el plan. De la misma manera tomamos un camino alternativo cuando hay un accidente en el que conduce a nuestro destino. Si el plan original no está funcionando, revísalo, adáptslo o cámbialo.

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¿Por qué tenemos que ser  asertivos?

Ser más asertivos no solo nos llevará a expresar nuestro punto de vista de manera clara, sino que también nos ayudará a crear límites para nosotros mismos y, por lo tanto, evitar todo el estrés que acompaña al miedo a la confrontación.

Sin embargo, volverse más asertivo es un viaje, y como tal es importante analizar dónde estamos ahora, para hacer los cambios necesarios para crecer en la dirección que queremos.

Si no estamos siendo asertivos en este momento, podríamos estar cayendo en uno de estos otros estilos de comunicación.

Comunicación asertiva vs pasiva

Un comunicador pasivo tendrá dificultades para expresar sus deseos y necesidades. Por lo general, esperará a que los demás expresen su opinión antes de estar de acuerdo con la mayoría, y tendrá muchos problemas para decir «No» a las solicitudes de otras personas.

El problema con este tipo de estilo de comunicación es que te volverás invisible para los demás. Esto sucederá porque los demás esperarán que usted simplemente esté de acuerdo con sus ideas y solicitudes. A su vez, esto lo hará sentir frustrado porque no está expresando sus opiniones y no se lo ve como un miembro valioso del equipo.

Comunicación asertiva versus pasiva agresiva

Cuántas veces nos hemos encontrado con personas pasivas agresivas. Este tipo de comunicación es claro cuando alguien no te dice cómo se siente realmente, pero está claro que algo le molesta. Nunca confrontan a las personas directamente, sino que usan estrategias indirectas como el tratamiento silencioso para obtener lo que quieren.

Frases como: “claro, puedo hacer esto por ti, no es como si tuviera una vida por mi cuenta”

O puedes verlos poner los ojos en blanco, o simplemente mostrarte con su lenguaje corporal que no están contentos con la situación, aunque verbalmente digan lo contrario.

Los comunicadores agresivos pasivos pueden parecer que quieren colaborar, pero sabotean en secreto.

El problema con este tipo de estilo de comunicación es que nadie confiará en un comunicador pasivo-agresivo. Si no puede reconocer su ira, se acumulará una sensación de impotencia y un estrés creciente.

Asertividad vs. Comunicación agresiva

Un comunicador agresivo es alguien que pierde los estribos con los demás. Piensan que su opinión es la mejor y levantan la voz para rebajar a los demás, además de usar un lenguaje corporal expansivo para intimidar a los demás.

Intentan controlar a los demás para que hagan lo que quieren.

Probablemente ni siquiera necesito decirte cuál es el problema con este estilo de comunicación. ¿Quién quiere estar cerca de un comunicador agresivo en el lugar de trabajo? Esto dejará a esta persona aislada y habrá resentimiento en su entorno.

Escala de asertividad

¿Dónde crees que te encuentras en la escala de asertividad? ¿Si 0 es nada asertivo y 10 es muy asertivo?

Ahora déjame preguntarte. ¿Te das la misma puntuación en situaciones laborales, familiares o de amigos?

Una cosa que me viene a la mente cada vez que tengo una sesión de coaching con un cliente es el hecho de que se siente más asertivo en ciertos entornos que en otros. Me dicen que se sienten muy confiados para defender sus opiniones y creencias con sus hermanos, pero les aterroriza hacer lo mismo con sus colegas.

Esto sucede la mayoría de las veces, porque tenemos algunas creencias limitantes que se aplican en entornos sociales específicos. Si crecimos en un hogar donde uno de los padres era muy dominante, será más difícil ser asertivo, en comparación con hacerlo en el trabajo con un jefe abierto y comprensivo.

Volverse asertivo es un proceso, no pasa de un día para otro.

Cómo ser asertivo

Como se mencionó anteriormente, volverse asertivo es un proceso, requiere práctica y en algunos casos preparación para saber cómo reaccionar en diferentes situaciones. Pero hay algunas cosas que puede implementar de inmediato y marcarán una gran diferencia en la forma en que los demás lo perciben.

1. Lenguaje corporal

El primer paso para ser más asertivo en tu comunicación es comenzar con tu lenguaje corporal. Una postura cerrada y encorvada no te ayudará a sentirte seguro para defender tus puntos. Alarga tu postura, abre los brazos y mira a la otra persona a los ojos cuando hables.

2. El mensaje desde el «yo»

Uno de los mayores errores a la hora de comunicarse es utilizar muchos “ustedes”.

«Tu siempre haces eso

«tú» nunca ayudas

Cuando la otra persona escucha esto, automáticamente entra en modo de defensa, porque se siente atacada.

El poder del yo, significa que expresamos nuestras opiniones y necesidades desde nuestra perspectiva, y de esta manera evitar una gran confrontación. ¿Cómo lo haces? Comience sus oraciones con «Creo», siento, en mi opinión.

Las declaraciones en primera persona le permiten ser seguro y asertivo sin alienar a los demás.

3. Sea claro y al grano

Muchas veces queremos proteger los sentimientos de otras personas y endulzar nuestras peticiones. Desafortunadamente, esta no es una forma eficiente de comunicarse porque es difícil para la otra persona discernir cuál es el mensaje que desea enviar. Por eso es tan importante ser claros en nuestra comunicación, para que la otra persona sepa exactamente lo que necesitas.

Por ejemplo:

NO: Lamento molestarlo, sé que está ocupado, pero ¿sería posible enviarme ese informe lo antes posible mañana, para que pueda recopilar toda la información y enviarla al cliente?

SI: Necesito enviar la información recopilada mañana. ¿Me puede enviar su informe a las 11 am por favor?

4. Mantén tus emociones bajo control

Esta es una de las cosas más difíciles cuando estamos teniendo una conversación difícil. Es normal sentirse enojado, frustrado o incluso con ganas de llorar. Si te abruman las emociones, espera a tener la conversación hasta que te hayas calmado y sientas que puedes mantener la compostura. Respira de forma normal y mantén el ritmo cuando hables.

5. Aprende a decir que NO

Establecer límites para nosotros mismos es una de las cosas más importantes que podemos hacer si queremos ser más asertivos. Y aprender a decir NO es un gran punto de partida. Tómese el tiempo para reflexionar y analizar por sí mismo las cosas que ya no quiere hacer y las cosas a las que quiere decir NO.

En el artículo “Cómo decir no y no dañar los sentimientos de las personas” comparto contigo tres técnicas que pueden ayudarte a adquirir estas habilidades y evitar confrontaciones.

6. Da pequeños pasos

¿Recuerdas cuando te pedí que te calificaras en la escala de responsabilidad? No importa dónde te ubiques, lo que importa es entender que no habrá cambios de 180° de un día para otro. No podemos esperar pasar de un 4 a un 10 de un día para otro. Si ha obtenido un 4, trate de mejorar a un 5. Realice pequeños cambios, practique y vea qué puede mejorar. Una vez que se sienta seguro de que es un 5, apunte un paso más alto y busque un 6. Volverse más asertivo es un viaje y requiere práctica. Abraza el viaje y verás cómo tu comunicación se vuelve más eficiente.

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