Los propósitos de año nuevo fracasan si no tenemos un proceso para hacerlas realidad. Aquí están las 5 razones detrás de su fracaso y lo que debe hacer en su lugar
Cada mes de enero gran parte de la población hace propósitos de año nuevo, se sienten motivados y listos para empezar el nuevo año con el pie derecho. Google informa que hay un pico en las búsquedas en los primeros días de enero para las siguientes palabras clave: “dieta”, “perder peso” y “gimnasio en mi área”. Pero, sorprendentemente, solo el 8% de estas personas realmente logran algo al final del año.
Las estadisticas de fracasos son tan claros que algunas empresas capitalizan en ésta situación. ¡Los gimnasios son conocidos por vender membresías por encima de su capacidad porque saben que más del 50% de las personas abandonarán en la segunda semana!
Entonces, para lograr lo que realmente queremos, debemos entender por qué los propósitos de año nuevo fallan una y otra vez.
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Los propósitos no son concretos
El primer problema es que las resoluciones son vagas, algunos ejemplos de estos son:
– Perder peso
– Ahorrar dinero
– Aprende algo nuevo
Sin embargo, si analizamos éstos propósitos, notamos que no son nada concretos, no te dicen nada. Necesitamos especificidad para hacer algo más tangible. ¿Cuánto peso quieres perder? ¿cuanto dinero quieres ahorrar? ¿Qué quieres aprender exactamente?
Al hacer esto, estás transformando tu propósito en una meta que puedes proponerte alcanzar.
Piensa en el resultado específico que deseas y, como segundo paso, escríbelo. ¿Por qué escribir, te preguntarás? La investigación ha encontrado que tenemos un 42% más de probabilidad de lograr algo si escribimos estos objetivos.
Cuando lo veas en papel, tenderás a pensar en los pasos o cómo desglosar el objetivo en partes que poco a poco puedes ir logrando.
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Los propósitos son aburridos.
Un cliente mío de coaching vino a una sesión y me dijo que su propósito de año nuevo era crear su propio sitio web. Su experiencia es en finanzas, así que le pregunté por qué quería hacer esto. Dijo que pensaba que sería un buen desafío. Luego le pregunté si estaba entusiasmado con este desafío y, después de una larga pausa, me confesó que no, y que en realidad ya se sentía abrumado por toda la información que encontró, incluso antes de comenzar.
Así que aquí es importante recordar que toda meta es un proyecto pero no todo proyecto es una meta. Durante nuestro año vamos a tener que abordar proyectos que no nos entusiasman. Pero un objetivo debe ser totalmente lo contrario, debe sentirnos con energía y entusiasmo cada vez que lo pensamos.
Definir de antemano cuál es tu POR QUÉ lo ayudará a retomar el rumbo y sentirse emocionado nuevamente si las cosas se ponen difíciles. Cuando escribas por qué, piense en lo que ganarás al lograr este objetivo, pero también en lo que perderás si no lo haces. Esto ayuda a poner las cosas en una perspectiva diferente.
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Las metas son demasiado fáciles
Muchas veces la gente se desanima porque las metas son demasiado fáciles. Si eres un emprendedor que el año pasado ganó 75.000€, tu nuevo objetivo podría ser 100.000€. Lo hace emocionante y te infunde algo de miedo porque es algo fuera de tu zona de confort. Esta es la combinación perfecta para una meta.
Sin embargo, si fijáramos el objetivo en 78.000 €, se vuelve demasiado fácil, no hay emoción en absoluto, por lo que nos olvidamos, ya que está dentro de nuestra zona de confort.
Por último, si nos fijáramos el objetivo de 10.000.000€, estaríamos en la zona delirante y nos daríamos por vencidos cuanto antes.
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Los propoósitos fracasan porque son abrumadores
Otro factor que determina que tus propósitos fracasen es la cantidad de metas que nos proponemos. Es imposible trabajar en 20 objetivos a la vez y tener éxito en todos ellos.
Haz de 4 a 8 objetivos como máximo y concéntrate solo en ellos. Podrías dividirlos por categoría: Salud física y emocional, Crecimiento personal, Carrera, Finanzas, Pareja, amigos, familia, Diversión y Ocio.
Para saber como preparer tus objetivos te invito a leer el siguiente articulo: 7 pasos para crear y alcanzar tus metas
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Fácil de olvidar
La razón final por la que fallan los propósitos de año nuevo es porque carecen de un proceso para revisarlas, de modo que se pueda evaluar y cambiar el curso si es necesario.
Para asegurarte de alcanzar los objetivos que te propongas, empieza por hacerlos visibles. Elige un lugar que mires habitualmente: tu agenda, un tablero en frente de tu escritorio, el salvapantallas de tu ordenador, etc.
Establece un proceso para revisar las metas, semanal, mensual, trimestral y comprométete con él. Asegúrate de bloquear el tiempo para realizar esta revisión, para que no te olvide fácilmente.
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